domingo, 10 de agosto de 2014

* Día del niño y de los recuerdos *

***Muy buen domingo para todos.

Día especial para mí, en lo que respecta a la fecha y lo que ella conlleva.
Decididamente no iba a postear ya que elegí tomarme éste especial Domingo para la reflexión, pero pensé que quizás a algunas personas, un pedacito de esa reflexión íntima les podría servir de algo.
Un día Domingo como hoy, pero de hace una decena de años, también se celebraba el día del niño que había caído en 10 de Agosto.
Ese día falleció mi Padre.

Papá venía derrapando con su salud, él tenía por esos días 86 años y la excelente salud de la que había gozado siempre, comenzó a deteriorarse, algo que es normal y propio de nuestra condición. Pero en éste vasto mundo donde a cada minuto se muere alguien, llegar a los 86 años es todo un milagro o una cuota de suerte, basta con leer las noticias y sacudirnos ante la muerte de niños, de personas jóvenes.
Papá, parecía haber atrapado de repente todo lo necesario para irse de éste mundo, problemas cardíacos, pulmonares y un durísimo ACV.



Imaginen que ese hombre había sido testigo de tantas cosas..hijo de españoles, tuvo que criarse en una sociedad argentina pero con la educación europea...algo muy difícil. Siendo uno de cuatro hijos en tiempos duros, el *viejo* trabajó desde los 12 años para ayudar en su casa, su juventud =hasta que se casó con Mamá= transcurrió en la dureza de la calle con poco tiempo para disfrutar de lo que un jóven suele disfrutar. Todo ese combo hizo de mi padre un ser especial, difícil de entender desde mi adolescente edad, difícil relación cuando la brecha generacional es tan grande. Pero los años pasaron y cuando me tocó ser padre y formar mi propio hogar, los años me hicieron tratar de comprender a ese viejo, porqué era como era y porqué teníamos tantas diferencias..

Los últimos años de aquél hombre orgulloso y autosuficiente, de duro carácter y mucho amor propio, transcurrieron justamente a mi lado.
La vida nos regaló, quizás, através de su enfermedad, la oportunidad de conocernos mucho más que cuando su salud era casi perfecta.
Cuando las cosas no se dan en su debido tiempo y forma, a la larga terminan acomodándose y lo que significaba la enfermedad como algo trágico y penoso, fué al final, algo positivo y reconstructivo.
Los roles se trocaron, de hijo pasé a ser un padre para él, y las largas charlas que no tuvimos antes..las recuperamos en el último tramo de su camino.



Aquél viejo que no conoció de libros, ni de universidades, más que de la bicicleta que usaba para llevar los pedidos y aportar su sueldo para sus padres.
Si el hecho de haberme criado sano y con la educación que él no tuvo le serviría de algo pues...le sirvió para conocer el mundo a través de mis palabras, analizar la religión que él tanto detestaba, descubrir la política detrás de las noticias de la tele, y por sobre todo, no quedarse solo antes de alzar el vuelo..
Esos últimos años del viejo fueron cátedra para mí, para entender lo que significa ponerse en la piel del otro en la medida de que podamos analizar a una persona en su contexto y no en el nuestro, para así, darnos cuenta de porqué es como es. Cátedra, porque es un padre quien normalmente le cambia los pañales a su hijo y no al revés...porque en la enfermedad de un ser querido se pone a prueba la paciencia, la tolerancia y a la vez, la pena de verlo deteriorarse. 

Y creo que él, habrá dado gracias de llegar al final del camino junto a alguien que no se mofaría de su senilidad, alguien ante el cual no sentiría verguenza de que lo bañara, y en definitiva, alguien que nada le reprocharía viéndolo en situación de debilidad, sino por el contrario, el mismo respeto y dignidad que él me transmitiera a mí cuando le tocó *hacer de padre*.
Si en los libros se me intentaba explicar lo que es el paso del tiempo y cómo lo que está en la cúspide un día cae, que el árbol más viejo y erguido también se dobla, que la salud un día se pierde y que un hijo puede hacer de padre de su padre...., nunca lo hubiera comprendido mejor como en mi experiencia de esos últimos tiempos con Papá.



Creo que es el amor lo que hace dejar de lado las diferencias, esas que parecen irreconciliables, cuando uno puede entender que el otro, soy yo mismo en otro cuerpo.
Porque indefectiblemente y más allá de las formas en que a cada quien le toca vivir, todos estamos atravesados por un mismo sino, nacer, madurar y partir.
Creo que la mejor inversión de un padre para sus hijos es que sean buenos seres humanos antes que exitosos materialistas, porque esos eligen seguramente mandar a su padre a un geriátrico, excepto razones forzozas y entendibles. 

Por eso, la visión es corta cuando queremos ver nuestros anhelos mientras tengamos vida, ya que el proceso va más mucho más allá de nuestro paso efímero por la vida en la materia.
Creo que hay que arrojar la semilla sin desesperarnos por ver la planta, de seguro en ella trascendemos, porque pese a la decena de años que el viejo ya no está físicamente, sigue vivo y ni por asomo...se imaginaría que alguien hablaría de él frente a miles de personas..como lo hago ahora.



No es un día triste para mí, les aseguro que no, es un día de profundas reflexiones, como las de cualquier persona que conmemora algo similar, y lo positivo es entender ésto de *amar* sin detenerse a pensar en lo que se puede conseguir, no esperar nada más que, lo que uno engendra cuando ama será bueno para otros, imaginar un futuro donde alguien se acuerde de lo bueno que recibió y lo ponga en práctica y al servicio de otros es la mejor forma de despojarse del egoísmo y la inmediatez, imaginar a personas que a su vez estarán construyendo un mundo mejor, aún sin nosotros, es despojarse de la cárcel que no nos permite ser solidarios y pensar sólo en nosotros mismos.

En fechas como ésta, no voy a los cementerios, ya no hay nada allí..., lo mejor lo tengo dentro mío, en mis recuerdos, en mi consciencia y en ese pedazo que nos queda de los que se han ido.
No han muerto más que en la materia, y otro pedacito nuestro se ha ido con ellos, quizás para empezar a enseñarnos que morir es una forma de renacer.

Gracias por su tiempo, nos encontramos mañana, si la Creación así lo permite.
Gilgamesh***

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