sábado, 25 de junio de 2016

* El año sin Verano *

***Óptimo Sábado para todos.

Solemos decir; *que el árbol...no te tape el bosque*, en materia climática ocurre lo mismo, por ejemplo en algunas zonas de España hace calor y no se tiene en cuenta que un día no hace a un Verano, y que las estadísticas hacen a los cálculos esclarecedores, y que una ola de calor es una cosa, y que haga calor es otra.
En fin..., que buscando desasnarme encontré un interesante blog español y les voy a compartir un par de cosas.
La primera;



-La primavera ha tenido un carácter frío con un valor de 0,5 ºC por debajo la media y con una precipitación en torno a un *34% superior* a la media del trimestre. Se ha tratado de la vigésimo tercera primavera más fría desde 1965 y la tercera más fría desde el comienzo del siglo XXI, por detrás de las primaveras de los años 2004 y 2013.



Serie de temperaturas medias en España en el trimestre marzo-mayo =1965-2016=

Y otro dato interesante;

-En cuanto a las precipitaciones, hay que señalar que esta primavera ha sido en su conjunto muy húmeda, con una precipitación media de 232 mm, lo que supone un 34% por encima del valor medio del trimestre, según el periodo de referencia. Durante los tres meses primaverales las precipitaciones han estado por encima de los valores normales, sobre todo abril, que ha resultado el mes más húmedo.



¿Porqué digo interesante?, porque éstos valores están íntimamente ligados al estudio de la radiación cósmica, donde a mayor ingreso de neutrones y menor actividad solar la temperatura baja, hay más formación de nubes y por ende..más lluvias.
Como para darle aún más seriedad a la cuestión, un último dato;

-El año hidrológico se está caracterizando por unas precipitaciones superiores a la media, según el periodo de referencia 1981-2010. El valor medio de las precipitaciones acumuladas a nivel nacional, desde el pasado 1 de octubre hasta el 20 de junio de 2016, se cifra en 564 mm, lo que supone un 3% por encima de la media correspondiente a dicho periodo =547 mm=.

Grandes síntomas de lo que estamos investigando hace tiempo, y tal vez el inicio de un tiempo climático especial..
Veamos cómo andan los polos magnéticos del Sol.
Polo Norte magnético;



Polo Sur magnético;



La tendencia que seguíamos durante el año pasado se ha acentuado, el polo Norte, el remolón que no se decidía a cruzar a su lugar y lo hiciera más tarde que su opuesto, sigue dubitativo, ha cruzado pero ..no está muy seguro de continuar.
El Sur, que sí cruzó a su lugar sigue zambulléndose sin dudarlo ni un instante.

Todo ésto sigue siendo el síntoma de un ciclo solar 24 completamente anómalo dentro de los fallidos cálculos que arrojaron por la borda el prestigio de unos cuantos Físicos solares, y que sigue siendo un misterio.
Es evidente que el Sol se está tomando sus merecidas vacaciones de 11 años, pero ésta vez parece dormir más profundamente que en ocasiones anteriores, o quizás duerma por más tiempo de lo estimado...

A pesar de éstos indicios, amigos lectores, nunca olvidar que éste letargo no implica una muerte solar crónica sino más bien una gran disminución de eventos, o que esos eventos si los hay carezcan de la potencia habitual, como así también una dramática reducción en la producción de manchas solares y cuando las produce éstas carecen de la calidad necesaria para provocar los típicos eventos a los cuales estamos acostumbrados.

Pero cuidado..., nunca olvidar que el famoso evento Carrington ocurrió dentro de un período solar de baja, es decir que quizás el Sol, regulando para bajar el clima terrestre sabe muy bien de donde sacar un as, y equilibrar las cosas como para no poner en peligro su dominio.
Si comparamos cómo estaba la radiación cósmica justamente hace un año con el día de hoy, tenemos ésto;



Notable...¿verdad?, pues bueno, el escenario va encaminándose hacia lo que cada día es más probable y vuelvo a destacar el sitio de Benito Fuentes, ahora en un raconto de lo que sucedió allá por 1816, extracto dedicado especialmente a España;

Benito Fuentes
Delegación Territorial de AEMET en Valencia.



En abril de 1815 se registró en Indonesia una de las peores erupciones volcánicas en la historia de la humanidad. La cantidad de gases y partículas liberadas a la atmósfera trajo consigo un cambio en el patrón de la circulación atmosférica que afectó al continente europeo el siguiente año, sobre todo durante la época estival y que comúnmente se conoce como *el año sin verano*. Las consecuencias ambientales, económicas, sociales y sanitarias fueron terribles.

En la Península Ibérica el número de observatorios que medían temperatura y precipitaciones era mucho menor que en otras áreas de Europa, así que es más fiable el estudio realizado por *Trigo et al.* merced a los pocos datos de estaciones complementados con multitud de testimonios, documentos que aluden a la producción agrícola, los precios y rogativas en las parroquias. 

En efecto, aunque parezca extraño, una de las principales fuentes de información meteorológica de siglos pasados son los documentos parroquiales. 
Ante la escasez de agua o las inundaciones se sacaba al santo en procesión y se ofrecían misas, lo que nos da una idea de la duración de las sequías o lluvias y la extensión de las zonas afectadas. Las entregas del diezmo también quedan recogidas en estos documentos y nos informan sobre la producción agrícola y ganadera.

En Barcelona la población afirmaba que las temperaturas de agosto eran más propias de las del mes de abril. El Barón de Maldá habla de una nevada en el centro de la Península a mediados de julio. Aunque no hay más fuentes que lo contrasten y sea poco probable =seguramente se tratara de algún episodio de granizo= coincide con unos días en los que la temperatura mínima de Madrid alcanzó valores récord de 12-13 º.

Observando la próxima figura vemos que si comparamos las temperaturas de 1816 con la media del periodo 1871-1900 =aún no afectado por el calentamiento global= las primeras están hasta 3º por debajo en algunas estaciones, siendo esta anomalía más marcada durante el verano. Los testimonios aseguran que en julio y agosto se registraron 13 y 10 días de tiempo frío respectivamente y que hubo multitud de tormentas, muchas de ellas acompañadas de granizo. 

La anomalía de temperatura se extendió también al otoño, donde hubo episodios más propios del invierno =por ejemplo nevadas en cotas muy bajas como en la sierra de Montserrat=. 
El verano de 1817 también fue frío y terminó por agravar los problemas en la agricultura.



Anomalías de la temperatura media mensual =en grados centígrados= respecto al periodo 1871-1900 entre 1816 y 1820 para los observatorios de Lisboa, Madrid, Cádiz y Barcelona. Fuente: Trigo et al.
Anomalías de la temperatura media mensual =en grados centígrados= respecto al periodo 1871-1900 entre 1816 y 1820 para los observatorios de Lisboa, Madrid, Cádiz y Barcelona. Fuente: Trigo et al.

En cuanto a las precipitaciones, cabe mencionar que la Península se vio afectada por una severa sequía entre 1815 y 1818 que en puntos del noreste peninsular se remontaba incluso a 1812. El verano de 1816 fue húmedo en la fachada atlántica y seco en el resto. No obstante, este carácter húmedo hay que tomarlo con precaución: en Lisboa la precipitación media mensual en julio y agosto está en torno a 5 mm. 

Si la precipitación aumentase un 300% la cantidad de lluvia recogida sería 15 mm, que sigue siendo poca cosa. Debido a la compleja orografía de la Península y al carácter tan irregular de la precipitación es difícil inferir una relación clara entre la erupción del Tambora y las precipitaciones en cada región pero todo apunta a que en las fachadas atlántica y cantábrica estuvieron por encima de la media.

CONSECUENCIAS SOCIALES

En aquella época la mayoría de la población de Europa =y la del resto del mundo= dependía de la agricultura de subsistencia de manera que cuando las cosechas eran escasas se recurría a las pocas reservas que se habían podido acumular en los años anteriores. En 1816 las reservas eran casi inexistentes porque se habían consumido en las guerras napoleónicas que acababan de finalizar meses atrás. No es de extrañar que la consecuencia más inmediata fuese la tremenda escasez y hambruna que se instaló en la mayor parte del continente.

La mayoría de las cosechas no alcanzaron la madurez ante la falta de calor o fueron destruidas en las heladas tardías de mayo y junio. En Europa Central parte de los cereales se pudrió por culpa de la gran cantidad de lluvias. Hubo hambrunas en Irlanda, Gales e Inglaterra, donde en Londres se repartía diariamente una sopa económica a la gente más desfavorecida. Se registraron disturbios en buena parte de la isla y marchas con el lema *pan o sangre*. 

En Francia la producción cayó a la mitad y los precios subieron hasta tal punto que los carros que transportaban trigo debían ser escoltados por los militares para impedir su saqueo. La crisis perduró a lo largo de 1816 y 1817 y el precio del grano subió en todo el continente. La escasez fue menor en zonas de costa porque el transporte de cereales era menos caro y limitó la subida del precio. En ciudades del sur de Alemania y Suiza la gente no tenía más que patatas podridas que llevarse a la boca y deambulaban miles de personas pidiendo alimento. 
El hambre continuó durante todo el año siguiente, que vino a llamarse *el año de los mendigos*.

La emigración también fue una vía de escape durante ese año y los siguientes. Alrededor de 60.000 personas se embarcaron hacia América, en su mayoría de Irlanda y el Reino Unido porque aquellos que vivían en centroeuropa tenían más difícil el acceso a los puertos. Las condiciones en el puerto de Amsterdam se volvieron tan deplorables que muchos de los que querían partir al nuevo mundo decidieron volver a sus casas. 

Los efectos del Tambora no fueron los mismos en todas las zonas y en aquellas que no resultaron tan golpeadas la gente mostró una solidaridad inusual y aumentaron las donaciones a la caridad. En Escandinavia y los países bálticos las cosechas fueron normales. En Rusia los impactos fueron tan leves que el emperador Alejandro I autorizó el envío de grano al oeste de Europa.

Por supuesto, la zona más golpeada fue el sur de Indonesia. A los efectos directos de la erupción =explosión, maremotos, ceniza, acidificación y contaminación de las aguas= hay que sumar la pérdida total de las cosechas y los hogares, la propagación de enfermedades, etc. En el sureste asiático el monzón se vió alterado durante tres años seguidos y, aunque no está lo suficientemente demostrado, muchos autores lo señalan como la causa principal que propició una tremenda epidemia de cólera en Bengala =India= en 1817 y que durante el siglo XIX se extendió a lo largo del globo matando a millones de personas.

En el noreste de Norteamérica los efectos fueron menores pero también hubo mucho sufrimiento. Los tres episodios de frío que se registraron en junio acabaron con parte del ganado ovino recién esquilado y redujeron en un tercio la época de crecimiento de las cosechas de maíz. En Terranova apenas tenían para subsistir y se cerraron los puertos a los inmigrantes procedentes de Europa.

En España se retrasaron las cosechas de cereales =trigo sobre todo= y algunas no maduraron por completo. La vendimia fue escasa y el vino de mala calidad. Parte de las frutas también resultaron inservibles.

Miles de personas murieron de hambre y tifus y cientos de miles quedaron sin hogar. La mortalidad en 1817 fue un 50% más elevada que en los peores momentos de 1815. No faltaron quienes interpretaron esos acontecimientos como señales de un inminente fin del mundo por haber sido apartados de la protección de Dios. Creyentes o no, entre la población se instaló un pesimismo generalizado y una falta de esperanza ante los años venideros.

Los primeros años del siglo XIX fueron fríos. 
El hambre, las guerras, las epidemias y la falta de recursos sentaron las bases posteriores para el comienzo de rudimentarias políticas sociales que se hicieran cargo de la población en momentos críticos como los que se vivieron en aquel entonces.

Impresionante y excelente informe de Fuentes que nos hace pensar muy seriamente sobre en qué punto de prevención estamos ante una hipotética gemelitud con aquellos tiempos...y también pensar muy seriamente sobre la matriz energética falsa que nos quieren imponer.
Ya está más que claro, para que la nueva matriz llamada *verde* dé abasto para satisfacer al mundo actual necesitaríamos miles y miles de millones de dólares y muchas décadas, algo imposible en la actualidad. 

Viene muy bien mejorar una situación puntual, una casa, un barrio, una pequeña localidad, pero reconvertir la energía necesaria para un polo de por ejemplo 1 millón de habitantes....ya estamos hablando de otra cosa.
Como siempre digo...no vaya a ser cosa que nos llenen de ventiladores cuando vamos a necesitar estufas...

Gilgamesh***

Fuente;
-aemetblog

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