domingo, 3 de julio de 2011

* Meditando *

***La Tierra sigue temblando y ahora parece ser el turno de Centroamérica.
Pareciera ser que la actividad sísmica va rotando por todo el planeta. Sin embargo en la zona de Japón la actividad no se ha detenido ni un solo día, sismos pequeños y otros mas importantes, el temor y el desconcierto se ha apoderado de toda la ciencia humana, que no encuentra la clave a la situación actual.
Tormentas en China, México, nevadas en Brasil, extrañezas naturales que antes no veíamos y que podría ahora enumerarles pero no es necesario. Imágenes en el horizonte que desafían cualquier tipo de imaginación de fantaciencia.
Son momentos de total desconcierto para la humanidad.
Pero no es tan solo la Naturaleza la que parece crearnos desconcierto.
Las actitudes humanas también nos dejan ver una serie de cuestiones que señalan y apuntan a una especie de caos generalizado en la economía, la política y la sociedad misma.
Y uno llega a pensar que detrás de todo ésto quizás algo o alguien premedita, planifica y espera un momento justo, el instante adecuado para que uno de éstos días nos despertemos con alguna noticia demoledora a nivel mundial.
¿Les pasa eso?, ¿No presienten que algo distinto y único está por suceder?.
Muchos lo creemos. Y en esa espera de algo "anormal" ¿qué hacemos?.
La espectación y las intuiciones no son buenas, pero tenemos herramientas para salir del estado de espectación negativa que muchas veces se apodera de nosotros.
Debemos pensar que nada de lo que ocurra o pueda comenzar a ocurrir, debe sacarnos de nuestro centro. Tal vez "algo" intenta sumergirnos en una "ilusión colectiva", una "inducción consciente", para aprovechar y generar agua para su molino.
Que hay conspiraciones....eso todos lo sabemos, que hay intentos de instaurar un "nuevo órden" también lo conocemos, pero esa idea o conocimiento no debe interactuar con nuestra mente.
Debemos comprender que todo lo que pueda llegar a suceder será para un destino en el cual se va a separar, como dicen las Escrituras, "la paja del trigo".
La tarea es pesada y difícil ya que el auténtico cambio individual está íntegramente ligado a nuestras viejas estructuras mentales sobre la religión, las creencias, las culturas y una serie de patrones mentales que nos han inculcado desde niños.
Quien realmente pueda despojarse de parcialidades, podrá saber si verdaderamente ha estado viviendo de acuerdo a los preceptos básicos de una convivencia armónica con los demás. Quien pueda hacer la real autocrítica sobre su proceder en la vida tendrá la oportunidad de reveer muchas cosas y entender que no hay ambiguedades en el proceder, o se es de la luz o se es de la obscuridad.
Experimentando egoísmos, celos, odio, resentimiento, sed de venganza, muerte, envidia, y tantas palabras que definen a la obscuridad, no es posible evitar atraer consecuencias negativas. "Las Ostias no lavan la negrura de las almas hipócritas."




Podemos equivocarnos muchas veces y caer en zonas obscuras, pero hemos salido en el arrepentimiento y la no repetición de dañar a los demás, pero otra cosa es estar montados en una nave que va a contramano de los preceptos básicos de las Escrituras.
Si logramos tener el alma verdaderamente limpia de culpas, pues lo que venga no nos va a derribar, y por más calamidades que veamos o padezcamos, no lograrán obscurecer nuestra unidad de luz.
Al mal lo hemos conocido desde que comenzamos a tener uso de razón cuando niños, hemos llegado vivos a éste 2011 en el cual, tal vez sea la hora prometida que ya conocemos. Dios lo es todo, aún lo que no nos agrada de la Creación, pero el balance de una alma perfecta necesita de contraposiciones, de opuestos, de antípodas, de polaridades, para asentarse y hacerse libre.
¿Me están leyendo? entonces aún están vivos.
Estar vivo implica que aún podemos rectificar.
No desaprovechemos la oportunidad, un día de éstos nos pondrán a prueba, quizás la más grande prueba que hallamos imaginado y hay que estar preparados.
Sin temor ni pánico, con los ojos bien abiertos para ver y la mente tranquila para analizar.
Tenemos la llave para cerrar la puerta por la cual cada día dejamos entrar al mal.
Saber usarla es la clave, todos la tenemos sin excepción de raza, procedencia, religión, estatus social, ni económico.
Cada cuerpo tiene su alma y el alma requiere consciencia.
Usémosla....por ahí...empieza la cuestión.

Buena semana para todos. Gilgamesh***

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