domingo, 16 de octubre de 2011

* Crónicas del Sol *

***En ésta tarde de Domingo me he deleitado con un artículo de esos que considero brillantes. Especialmente para aquellos que pululan en internet negándolo todo, y se aferran a la ciencia estrictamente.
Un tratamiento periodístico excelente con documentación acorde.
Sin más palabras les dejo la publicación escrita por Antonio Botías del diario español *La verdad-Murcia*.
Gilgamesh.***




La tarde en que el sol estalló.
La amenaza de una próxima gran tormenta solar recuerda la aurora boreal sobre Murcia de 1793.

En la tarde del 26 de diciembre de 1793, mientras aún retumbaban en la huerta los aguilandos de las cuadrillas remotas, con sus sones a mistela y tabaco negro y Misa de Gozo, cierto vientecillo frío del Norte mantenía en Murcia los termómetros a 10 grados. Eran las 15.00 horas cuando muchos murcianos descubrieron en la bóveda celeste una intensa luz hacia el Noroeste, donde el cielo «degeneraba en blanquizo» en un curioso juego entre los rayos solares y las nubes. «Es una aurora boreal», concluía el redactor del Correo de Murcia, sin imaginar siquiera que inmortalizaba una de las primeras crónicas periodísticas sobre este fenómeno en el mundo. En ella se proponían ciertas dudas sobre estos efectos en las cosechas y los animales. El mismo prodigio también se repitió en febrero de 1837. Tres siglos después, un informe realizado para la NASA, a través de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, predice que el próximo año la Tierra se verá afectada por una gran tormenta solar que podría arrasar todos los sistemas eléctricos. El mundo retornaría al mismo siglo en que el redactor murciano advertía de que «el libro de la naturaleza es inmenso y llevamos muy pocas páginas registradas». La observación del sol es tan antigua como la historia de la humanidad. Y se nos presenta cuajada de anécdotas. Anaxágoras, allá por el 438 antes de Cristo, ya pontificaba que el astro rey apenas tenía el tamaño del Peloponeso. Durante siglos, astrónomos, astrólogos y adivinos alzaban sus ojos al cielo para escudriñar qué sucedía en aquella hirviente masa responsable de la vida en la Tierra. Pero habría de ser la fotografía la técnica que nos acercara más a ella. La primera instantánea del sol fue tomada durante un eclipse producido en 1842. El célebre Foucault hizo lo propio en 1845. Y solo 10 años más tarde se obtuvo la primera placa de la superficie del astro. Los lectores del Diario de Murcia conocieron la noticia de los avances en la investigación solar en 1897, cuando el periódico informó del descubrimiento de nuevas fotografías, «placas sensibles tomadas a la distancia de 150 millones de kilómetros, que un tren tardaría tres siglos y medio en recorrer». Por aquella época, eran bien conocidas las manchas solares. «A veces la corteza se desgarra y deja ver aberturas enormes y torbellinos gigantescos», informaban los diarios. Lo sorprendente es que, ya entonces, hace un siglo largo, existía el temor sobre las consecuencias de estas alteraciones para el planeta Tierra. Y también era objeto de controversias entre los científicos. «El número de manchas crece y decrece en periodos de 11 años», escribía un redactor en 1897 con admirable precisión y añadía: «Se ha intentado establecer una correlación entre las machas solares, los terremotos y las auroras boreales». En Murcia, tierra siempre amenazada por las inundaciones, resultaba trascendental discernir cualquier causa que hiciera retemblar el medioambiente y las economías familiares. Sin comunicaciones La Historia sitúa en el año 1859 una de las mayores tormentas solares registradas hasta la actualidad. A finales del mes de agosto comenzaron a observarse auroras alrededor del planeta, incluso en Madrid. Unos días más tarde, las emanaciones colapsaron los sistemas de telégrafos en todo el mundo, causando cortocircuitos e incendios en este invento que apenas llevaba operativo 15 años. Todos los escasos aparatos eléctricos que existían dejaron de funcionar. En aquella ocasión, según las mediciones, la llamarada solar tardó unas 18 horas en recorrer el espacio hasta la Tierra, que se vio envuelta en una lluvia de partículas magnéticas. Tan intensa fue la fulguración que era posible leer un libro en plena noche, solo iluminado con la luz de la aurora boreal. Este tipo de tormentas suele producirse cada 500 años, aunque está demostrado que dos veces por siglo se desatan llamaradas de especial intensidad. La última vez hace exactamente 50 años, el 13 de noviembre de 1960. Durante los tres días siguientes se vieron afectadas las comunicaciones, como también sucedió en 1949, cuando La Verdad informaba de la aparición de «la mayor mancha solar de entre las descubiertas hasta la fecha». Datos que en los últimos años han quedado desfasados por la creciente actividad en la superficie solar. La muerte del sol, el fenómeno contrario, tampoco es una tesis actual. A lo largo del siglo XIX la prensa española publicó miles de artículos científicos y literarios sobre el enfriamiento solar, alguno de ellos con marcados tintes románticos: «Se incendiaran los tronos, palacios y cabañas para iluminar la noche eterna y los hombres se reunirán para mirarse los unos a los otros por última vez». Ya no sabe uno qué será peor.

2 comentarios :

Shadow dijo...

Muchas gracias por otro gran post =)

Te comento que estoy difundiendo por facebook todo lo que posteas sobre el sol y las actividades que en el van ocurriendo, a ver si de a poco más gente se va decidiendo a abrir los ojos...que una vez que se despierta, ya es imposible volver a estar dormido. No se si sea la mejor forma de explicarlo, pero así lo veo en estos momentos.

Yo soy de la creencia que todo pasa por algo, así que talvez se debió al factor x/karma/destino/la creación misma, no lo sé, que encontrara este blog y decidiera comentar en el. Sigue así, que de darle al menos un poco más de llegada a tus contenidos ya me estoy encargando yo =)

Saludos y un gran abrazo desde Chile !

Gilgamesh dijo...


Shadow; muchisimas gracias por tu aporte con respecto a la difusión, te lo agradezco enormemente. Gracias también por valorar siempre este espacio y quedo a tu entera disposición para difundir de manera recíproca lo que tengas de tu parte. Incluiré en breve un link hacia tu web de petición.
Fuerte abrazo amigo, me gusta la idea de generar un polo distinto para aglutinar a la mayor cantidad de gente posible detrás de un objetivo que es positivo.