sábado, 17 de enero de 2015

* Planeta X; lo básico *

***Cuando leemos u oímos cosas sobre un planeta errante, al cual le han llamado Hercóbulus, Planeta X, Nibiru, etc., y que utilizan para hacer un excelente negocio quienes no quieren agarrar una pala o ir a la oficina, o trabajar sus 8 demiúrguicas horas diarias, tenemos el combo ideal para ganar dinero sin trabajar, o mejor dicho...trabajar a costas de la ignorancia de los demás.
Nadie más que los Astrónomos y científicos estarían más felices de hallar un planeta errante, siempre lo han buscado, digo ésto porque a la gente, algunos les han hecho creer que ellos lo han descubierto mirando una imágen de SDO, por ejemplo, o que les fué revelado en una sesión exclusiva con ángeles celestiales, o que inclusive...han viajado a ese planeta donde les sirvieron unos canapés, les dieron la bienvenida y les explicaron todos los misterios de la creación...
Nada de eso.

Cuando la gente tontamente cree el cuento de que un planeta se nos viene encima y que está escondido detrás del Sol o que se vuelve invisible o que, finalmente, sólo lo pueden ver...*los elegidos*..., esa gente no tiene la más mínima idea de lo que es siquiera el cenit y el nadir, mucho menos pueden saber si alguien les miente o les dice la verdad.
Cuando el caldo de cultivo es la ignorancia, el combo está servido y los comensales saldrán con la panza llena.
Y cuando cito a la ignorancia no estoy de ninguna manera agrediendo, ya que todos somos ignorantes en cosas que no tenemos porqué saber, por ejemplo, el amigo maharaj que es un excelente creador musical me podría dar cátedra ya que yo, ni siquiera sé leer un pentagrama, o el Verdulero de la esquina, que me puede vender un tomate podrido sin que yo me dé cuenta.

Ignorancia *normal* propia es una cosa, ignorancia *anormal* inducida es otra. Y en ésto entran a jugar otros factores que no voy a citar porque forman parte de los sentimientos que cada quien tiene, es decir que las creencias y mentirillas son como imanes, atraen a quienes quieren escuchar lo que desean escuchar o quieren que suceda.

Excelentísima publicación del Magazine Science News del 14 de Noviembre de 2014 que he traducido para ustedes y que hecha muchísima luz sobre la ignorancia natural.

Pese a toda la tecnología que dispone el ser humano, el espacio es tan grande que no alcanza nada para peinar a gusto y piaccere, en el lenguaje de los expertos se habla de *unidades astronómicas*, que no son miles de kilómetros...son enormidades que no nos caben en el cerebro. Si algún objeto con la masa suficiente anduviera dando vueltas por el barrio habría sido detectado hace rato por su tamaño, y lo que se ha detectado hasta el presente es pequeño, por lo tanto no tiene la masa suficiente para ocupar el lugar de un hipotético planeta X. Lo único que queda como esperanza es que éste supuesto objeto =si existiera= debería estar a al menos unas 700 unidades astronómicas...algo tan lejano que nos obligaría a re-encarnarnos unas mil veces para poder verlo, si es que hipotéticamente pudiera acercarse al sistema solar.

De existir, debería tener una masa gigantesca pero estaría tan lejos que ni siquiera se podría especular con que alguna vez se acercaría.
Imaginen que si una bestia de esas características efectivamente redujera a la mitad su distancia el caos dentro del sistema solar sería como el de un juego de pool cuando en el inicio, el taco sacude a la bola que luego hace estallar a las que están encerradas en triángulo al centro del verde paño. Si existe tal planeta nunca vendrá y si alguna vez viene, no existe palabra para definir a los tatara, recontratatara nietos de nuestros recontra tátara nietos...necesarios para presenciarlo.

Las distancias son tremendas y ningún cuerpo *se suelta* de la gravedad que lo compele, ¿se entiende?. Cuanto mucho, una órbita irregular o excéntrica puede acercar un poco más a un objeto con otro, pero igualmente eso necesita de milenios..que no tendremos para estar vivos y verlo, si es que pudiera alguna vez ocurrir, porque reitero...se habla de un *hipotético* planeta.
Hacia el final de la nota encuentro la teoría que me sienta como la más correcta y en la cual me baso por lo que la Gnosis revela.

La Galaxia está plagada de nebulosas, de estrellas de soles, de sistemas solares. Hay tantos que es algo similar a cuando vamos al estadio a ver la final, está todo repleto en la tribuna y nos chocamos codo con codo de los que hay alrededor. Si alguno tose seguro escupe a alguien, es inevitable. Pero aún así, el espacio que existe dentro de lo que llamamos Galaxia es tan tremendamente enorme que habiendo millones de estrellas..ninguna se choca con otra. 

En esa *vecindad* es probable que lo que quedó en el límite de un sistema solar, es decir casi casi al borde externo, pueda haberse tocado codo a codo con la gravedad del límite del sistema solar vecino, o sea que el pobre hipotético planeta vendría a ser como esas fronteras donde el cantero central de una avenida es el límite entre un país y otro, por ejemplo en Uruguay-Brasil existe algo curioso y simpático que puede explicar lo que es el límite de un sistema solar y otro.



Hermoso lugar que he tenido como suerte, poder conocer.
Chuy es una localidad uruguaya fronteriza separada de la brasileña ciudad de Chuí por una calle compartida entre ambas ciudades, la llamada *Avenida Internacional*, que, del lado uruguayo lleva el nombre de *Avenida Brasil* y, del lado brasileño, de *Avenida Uruguai*.
En ese estrecho cantero central que divide a ambos países uno se para y es el planeta X, si pone un pie a un lado está en Brasil, si pone un pie al otro lado está en Uruguay, entonces uno *orbita* entre dos países como un planeta X lo haría en el límite entre dos sistemas solares. 

Si una bella dama brasileña se enamora de Usted y lo jala con fuerza del lado brasileño mientras que otra bella dama uruguaya se enamora de usted y lo jala hacia el lado uruguayo usted estará un rato en Brasil o en Uruguay dependiendo de la fuerza que cada dama tenga. Quizás, Usted decida dejarse llevar un tiempo por cada una de las damas, porque es un picaflor y divagará por Brasil y luego por Uruguay, la elección será suya, pero un planeta no puede elegir, irá a un sistema y luego al otro, pero para eso pasarán miles..¿millones de años?, en cambio Usted quizás decida quedarse definitivamente de un lado o del otro, o prefiera regresar a su casa que nada tiene que ver ni con Brasil ni con Uruguay.

Esa ha de ser la vida de un planeta *limitario o colindante* que ha tenido la suerte o desgracia, de vivir en el límite de algo que es mucho más lejano y profundo como nuestro sistema solar o el sistema solar vecino, Montevideo o Brasilia.

Si lo entendió, quizás pueda entender también el artículo...


-Si el Planeta X existe, puede estar en cualquier lugar de entre 250 a 1.000 veces que la distancia que separa al Sol de la Tierra.

Más allá de Neptuno, el sistema solar se asemeja a las profundidades del océano: oscuro, profundísimo y en gran parte inexplorado. Para un observador con destino a la Tierra, incluso los objetos más brillantes, como Plutón, son 4.000 veces más débiles que lo que el ojo humano puede ver. Un planeta sin descubrir, fácilmente podría estar al acecho por ahí desapercibido, un posible fósil cuando los planetas gigantes competían por un puesto hace 4 millones de años, la dispersión de planetas y asteroides a su paso. Pero incluso para los telescopios más grandes sería muy difícil encontrar un lugar tan tenue de la luz. Lo más probable es que las pistas se enredan en las órbitas distorsionadas de rocas de hielo lejanas cayendo alrededor del Sol.

Los astrónomos Chad Trujillo y Scott Sheppard siempre buscan una pista acerca de cómo ese mundo podría revelarse, especialmente cuando en Marzo pasado, se anunció el descubrimiento de un planeta enano de 450 kilómetros de ancho justo fuera del cinturón de Kuiper =campo de restos helados más allá de Neptuno=.
Su hallazgo fué bautizado como 2012 VP 113 , y está en un curso que se repite alrededor del Sol en una órbita muy alargada lejos de los planetas conocidos. Tiene miles de vecinos, pero comparte su trayectoria impar sólo con Sedna, un planeta enano, descubierto en 2003.

*Son una especie de huérfanos, en tierra de nadie*, dice Sheppard, de la Institución Carnegie para la Ciencia en Washington, DC, *Estos objetos no podían ser analizados con lo que actualmente conocemos*.
Algo tenía que arrastrar a los dos planetas enanos de sus órbitas originales más pequeñas. Excepto que nada está cerca o masivamente suficiente para reclamar el crédito. Al menos, los astrónomos son conscientes de que no hay nada.
El descubrimiento de 2012 VP 113 confirmó que Sedna no es una casualidad sino que es, posiblemente, la primera de una gran población de cuerpos helados distintos de otros en el resto del sistema solar. 

Así Trujillo y Sheppard continuaron hurgando el cinturón de Kuiper, y el misterio se profundizó. Se dieron cuenta de que más allá de 150 unidades astronómicas =150 veces la distancia del Sol a la Tierra=, los 10 objetos previamente descubiertos, junto con Sedna y 2012 VP 113 , siguen órbitas que aparecen extrañamente amontonadas.
*Eso inmediatamente picó nuestro interés*, dice Sheppard. ¿Podría un planeta invisible, un Planeta X, ser la causa de las órbitas de todos estos cuerpos distantes en el lugar?

*La idea no es una locura*, dice David Jewitt, científico planetario de la Universidad de California, Los Angeles. *Pero creo que la evidencia es escasa. El rastro de migas de pan que conducen a un planeta sin descubrir es escasa: sólo 12 trozos de hielo tenemos en el camino*. Pero es suficiente para que algunos investigadores se preguntan acerca un noveno =o décimo, dependiendo de su actitud con respecto a Plutón= planeta vagando por el sistema solar exterior y cómo podría haber llegado allí.

Pistas del cinturón de Kuiper
*Lo más emocionante para mí es que el 2012 VP 113 existe*, dice Megan Schwamb, científico planetario de la Academia Sínica en Taipei, Taiwán. *Cualquiera que haya puesto a Sedna en su órbita debería haber puesto un montón de otros objetos que hay por allí*.



Vagabundos Distantes
Los planetas enanos Sedna y 2012 VP 113 viajan más allá de los planetas conocidos y el cinturón de Kuiper conjuntamente en órbitas muy estiradas, lo que implica que algo, alguna vez los arrastró por ahí.
Las enormes órbitas estiradas de Sedna y 2012 VP 113 son diferentes de cualquier otra cosa en el sistema solar. Ambos están muy lejos de Neptuno para sentir sus efectos. Y están muy lejos de la nube de Oort, la cáscara lejana de rocas de hielo que se cree, envuelven al sistema solar. Sus trayectorias podrían ser una reliquia de una estrella que hubo, o el cambio de influencia de la gravedad de la Vía Láctea tal como el Sol se mueve alrededor de la galaxia, o de un planeta masivo que aún no se ha detectado.

El caso de un planeta adicional se hizo más fuerte cuando Trujillo y Sheppard tomaron nota de que Sedna y 2012 VP 113 tenían algo en común con los otros 10 objetos. Todos los objetos más allá de 150 unidades astronómicas que más se acercan al Sol, un punto conocido como perihelio, casi al mismo tiempo se cruzan con el plano del sistema solar. No hay razón para que estos perihelios se recojan así. Miles de millones de años de evolución deberían haber dejado los perihelios dispersos, como el resto del cinturón de Kuiper, a menos que algo estaba sosteniendo los perihelios en su lugar.

Trujillo y Sheppard estiman que un planeta alrededor de dos a 15 veces la masa de la Tierra, a una distancia de 250 unidades astronómicas =cerca de ocho veces más lejos del Sol que Neptuno= podría explicar por qué estos 12 perihelios fueron agrupados juntos. Pero los astrónomos admiten que no es la única posibilidad. Un planeta más cercano tan masivo como Marte tendría el mismo efecto que un cuerpo de masa de Neptuno mucho más lejos.
*Hace unos años, todo el mundo pensaba que nada más relevante que los asteroides y cometas existían habitando esa región*, dice el Físico Carlos de la Fuente Marcos. *Ahora la evidencia observacional indica que probablemente nos equivocamos*. 

Él y su hermano Raúl, ambos de la Universidad Complutense de Madrid, tuvieron una mirada más cercana a las órbitas. Los hermanos afirman =en la revista Monthly Notices de la Real Sociedad Astronómica del 1 de Septiembre= que no uno, sino dos planetas son necesarios para explicar la agrupación por perihelios.
Casi al mismo tiempo, el físico Lorenzo Iorio en el Ministerio de Educación-Universidad e Investigación en Bari, Italia, ofreció una visión diferente. Él dice que el planeta propuesto por Trujillo y Sheppard =si existiera= debería estar mucho más lejos, al menos al doble de lo que la predicción inicial indica. Al observar los cambios graduales en las órbitas de algunos de los planetas conocidos, Iorio calcula que un planeta dos veces más masivo que la Tierra debería estar al menos a unas 500 unidades astronómicas del Sol, de acuerdo a la investigación publicada el 11 de Octubre en la Monthly Notices de la Royal Sociedad Astronómica.



Otros son más cautelosos. *El sistema solar exterior puede estar lleno de todo tipo de cosas invisibles e interesantes*, dice Jewitt, *pero el argumento de la existencia de un perturbador planeta masivo es un poco desconcertante. En primer lugar, 10 de los 12 cuerpos con perihelios peculiares en el cinturón de Kuiper, posiblemente sienten la gravedad de Neptuno. Y, en segundo lugar, 12 objetos es una pequeña muestra de la agrupación de perihelios aparente, lo que puede ser sólo una ilusión causada por lo poco que los investigadores tienen cuando apuntan sus telescopios*.

*La reciente especulación sobre planetas adicionales tiene un tono familiar*, dice Jewitt. *A finales de 1800 y principios de 1900, los astrónomos se basaron en aparentes contratiempos en el movimiento de Neptuno y un puñado de cometas al inicio de la búsqueda, que finalmente llevó al descubrimiento de Plutón. No ha cambiado mucho desde entonces*, dice. *De hecho, reflexiones de un planeta más allá de Neptuno han existido desde antes de que nadie sabía que existía Neptuno*.

Los cazadores de planetas
En 1834, el Astrónomo alemán Peter Andreas Hansen supuestamente sugirió a un colega que se necesitaban dos planetas para explicar las rarezas en el movimiento de lo que entonces era el planeta más lejano conocido, Urano. Rarezas que llevaron al descubrimiento de Neptuno en 1846. Dos años más tarde, el Astrónomo francés Jacques Babinet afirmó que Neptuno también tropezó a lo largo de su órbita, dando a entender que un noveno planeta debe haber sido la causa de que Neptuno acelerara y frenara, ya que corría alrededor del Sol.

Una idea muy gastada.
El entusiasmo por el Planeta X ha ido y venido durante los 168 años desde el descubrimiento de Neptuno y continuará así como los investigadores profundizan en el cinturón de Kuiper.

Año       Evento

1846- Neptuno descubierto.

1848- Primera predicción del planeta más allá de Neptuno.

1851- Primer presunto descubrimiento del planeta desconocido.

1879- Órbitas de los cometas implican un noveno planeta.

1892- Primera búsqueda fotográfica con fines planetarios; no se ha encontrado.

1906-1916- Lowell busca el Planeta X hasta su muerte.

1930- Tombaugh descubre Plutón cerca de donde Lowell predijo.

1978- Caronte descubierto; La masa de Plutón mide a 0,2% la de la Tierra.

1992- No hay evidencia de que el Planeta X exista, las mediciones del Voyager 2  buscando masas entre Urano y Neptuno.

1992- Jewitt descubre y reconoce por primera vez un objeto en el cinturón de Kuiper.

2003- Sedna es descubierto.

2006- Plutón degradado a planeta enano.

2012- 2012 VP113 descubierto.

2014- Datos de WISE no muestran ninguna evidencia de un gran planeta en el sistema solar exterior.

2015- Nueva nave espacial Horizons vuela por Plutón.

2023- Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos inicia operaciones.

Durante el próximo medio siglo, la búsqueda de más planetas entró fuera de moda. Como un juego del sistema solar, Whac-A-Mole, hacía nuevas predicciones que después fueron derrotadas con cada descubrimiento reclamado. Las predicciones se basaron en observaciones de Neptuno, así como un puñado de cometas que alcanzaron su punto más alejado del Sol casi a la misma distancia, un indicio de que un planeta masivo traía los cometas todos al mismo punto antes de que los cometas dieran la vuelta al Sol .

A principios de 1900, el gran pensador nacido en Boston, Percival Lowell, se metió en el juego de búsqueda de planetas. No está claro si Lowell fue la primera persona en utilizar la frase *Planeta X*, pero desde luego lo popularizó. Lowell calculaba que el Planeta X debería existir, en base a las observaciones de Urano y Neptuno. Trece años después que Lowell murió en 1916, el Astrónomo estadounidense Clyde Tombaugh recogió la antorcha utilizando cálculos de Lowell como guía. Observaciones sistemáticas de Tombaugh lo llevaron a Plutón en 1930, cerca de donde Lowell predijo que el Planeta X estaría.



La caída en desgracia de Plutón comenzó meses después de su descubrimiento. A diferencia de los otros ocho planetas que viajan en órbitas circulares planas, Plutón se acelera a través de la órbita de Neptuno a lo largo de una estirada trayectoria disparatada. El planeta diminuto no apareció como masivamente suficiente para empujar a los planetas exteriores de alrededor. Las estimaciones de la masa de Plutón se redujeron hasta que el Astrónomo James Christy descubrió Caronte, la luna más grande de Plutón, en 1978. Christy utilizó el movimiento de la luna a pesar de Plutón y se encontró que el planeta más exterior tenía sólo el 0,2 % de la masa de la Tierra. Si algo le tiraba a Urano y Neptuno, Plutón era demasiado pequeño para ser el culpable.

La nave espacial de la NASA Voyager 2 resolvió la cuestión del Planeta X por un tiempo. Cuando la sonda sobrevoló Urano y Neptuno en la década de 1980, se dió a los astrónomos mejores datos para revisar las masas de los planetas. Los nuevos datos revelaron que nada estaba tirando de ellos. Tombaugh encontró que Plutón, donde los cálculos de Lowell señalaban, fue sólo una coincidencia.
La búsqueda del Planeta X se abandonó, nunca desaparece, pero no se toma en serio. El planeta X se convirtió en uno de los favoritos de la multitud, que estaban convencidos de que la NASA estaba escondiendo el conocimiento de un planeta que iba a chocar contra la Tierra o a lanzar una lluvia de cometas en nuestro camino. El final, como siempre, estaba cerca.

La investigación planetaria moderna ha estado plagada de estimaciones aproximadas y algunos objetos de estudio. *Lo que esto significa*, dice Schwamb, *es que los observadores tienen que volver a trabajar. Sólo una contabilidad detallada de la oscuridad más allá de Neptuno ayudará a los investigadores a determinar si algo está ahí*.
Si existe ese algo, no puede ser tan masivo como Júpiter o Saturno. Kevin Luhman, Astrónomo de la Universidad Estatal de Pensilvania, buscó con el doppler en imágenes de la NASA vía satélite con WISE , una misión de 10 meses para escanear todo el cielo dos veces con un telescopio infrarrojo. 

Los planetas masivos se ven mejor en la luz infrarroja porque todavía están enfriándose desde su formación. Júpiter, por ejemplo, irradia más calor del que recibe del Sol.
En su informe del 20 de Enero la revista Astrophysical Journal , Luhman no encontró ninguna evidencia de un planeta similar a Júpiter con masa de 82.000 unidades astronómicas. Del mismo modo, no hay señal de algo más masivo que Saturno a alrededor de un tercio en la medida. Pero Luhman dice que no puede descartar un planeta rocoso y pequeño, que sería demasiado frío para que WISE lo detectara.

La mejor apuesta es buscar la luz solar reflejada, que es como los científicos descubrieron Plutón y el Cinturón de Kuiper. Pero incluso los grandes mundos en tan enormes distancias son extremadamente tenues. Si Plutón estuviera dos veces más lejos del Sol, sería un dieciseisavo tan brillante debido a que la luz solar no sólo tiene que salir, sino también tiene que volver.
*Todavía no habríamos detectado la Tierra*, dice Jewitt, *si se tratara de algo a más de 600 unidades astronómicas del sol. Y eso es suponiendo que los investigadores supieran dónde buscar. Eso te da una idea de la oscuridad del sistema solar exterior*.



Órbitas de hacinamiento

Todos los objetos conocidos más allá de 150 veces la distancia del Sol a la Tierra hacen su máximo acercamiento al Sol =perihelio= a medida que pasan a través del plano del sistema solar. Esos perihelios deben ser repartidos como los objetos del cinturón de Kuiper. La razón de que no son un misterio.
En lugar de tratar de observar directamente un planeta, los investigadores están buscando más objetos del cinturón de Kuiper, cuyas órbitas podrían llevar la firma gravitacional de algo invisible. Trujillo y Sheppard descubrieron 2.012 VP 113 como parte de un esfuerzo continuo para escanear el cielo desde el Observatorio de Cerro Tololo en Chile.

Búsquedas más telescopios, sin embargo, son similares a la cartografía del universo, es como mirar a través de una pajita o sorbete. Los telescopios ven una pequeña fracción del cielo, y los observatorios reparten acceso sólo unos días a la vez. Sheppard dice que les llevará varios años para cubrir sólo el 20 % del cielo.
Y hay que ir contando el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos , o LSST, un telescopio de 8,4 metros de ancho que se construye en el norte de Chile con operaciones completas previstas para finales de 2023.
A diferencia de otros telescopios, LSST tendrá un enorme campo de visión y hará una película de una década del cielo, perfecto para buscar puntos de luz en movimiento.

Lynne Jones, un Astrónomo de la Universidad de Washington en Seattle, dice que el LSST podría encontrar 20.000 a 40.000 cuerpos más en el Cinturón de Kuiper. Con cerca de 20 veces el número de objetos del cinturón de Kuiper en la mano, los astrónomos deben ser capaces de ver si hay más objetos con órbitas extrañas y determinar si el agrupamiento de perihelio es real o un error de cáculo.Además, dice Jones, LSST podría detectar un planeta del tamaño de entre 300 y 500 unidades astronómicas, dependiendo de cómo su superficie reflectante es.

Para los científicos planetarios, si un remoto Planeta X existe la pregunta es: ¿Cómo se forma un planeta tan lejos del sol?. Renu Malhotra, científico planetario de la Universidad de Arizona en Tucson, dice que el problema es el tiempo. A esa distancia, los materiales de formación del planeta habrían sido untados sobre un anillo de varios billones de kilómetros a la redonda. *Para un planeta del tamaño de la Tierra*, dice Malhotra, *podría tomar más tiempo que la edad del sistema solar. La única solución*, dice, *es robar al planeta de otro lugar.*
Urano y Neptuno son los más probables ladrones, hurto entre planetas del espacio entre sus órbitas. Malhotra dice que un encuentro cercano con cualquiera de esos gigantes podría catapultar una bola de tierra del tamaño de una roca mucho más allá del cinturón de Kuiper.

*El planeta X también podría ser extrasolar*, dice el científico planetario Rodney Gomes, del Observatorio Nacional de Río de Janeiro. El Sol nació en una nebulosa, junto con varios miles de otras estrellas, y muchas de las que probablemente tenían planetas propios. Como estrellas se empujaban unas a otras, los planetas podrían haber sido arrancados de una estrella y capturados por la gravedad de otra estrella. Tal vez el Planeta X =si existiera= es sólo el resultado de un breve juego interestelar de atrapar algo ajeno.
El Gran Telescopio Sinóptico en Chile, hará una película de 10 años de duración del cielo nocturno a partir de 2023.

*Mientras tanto, el jurado sigue deliberando sobre si es necesario tener un planeta allí o no*, dice Schwamb. *Un encuentro cercano con una estrella de paso podría haber atraído a Sedna y 2012 VP 113 lejos de sus hermanos, como un flautista de Hamelín astronómico. Sobrevuelos estelares son poco frecuentes, sin embargo, la estrella puede pasar lo suficientemente cerca de los dos planetas enanos como aviso, pero no tan cerca que perturbe todo el cinturón de Kuiper y posiblemente los planetas exteriores*.



Las probabilidades aumentan si la estrella es un pariente, nacido en la misma nebulosa como el Sol. Además de lanzar planetas alrededor, hermanos estelares podrían haber tirado de los remolinos de escombros alrededor del Sol. Las órbitas distorsionadas se habrían congelado en el lugar después de que los hermanos y hermanas del Sol se alejaron.
Por 168 años, el atractivo de los planetas escondidos más allá de Neptuno nunca se ha desvanecido. *La lejanía del sistema solar exterior*, dice Jewitt , *deja abierta la puerta a todo tipo de especulaciones salvajes*.

*La cacería del Planeta X es una de esas cosas que es muy difícil*, dice Luhman, *pero si se encontrara, sería un gran descubrimiento. Los astrónomos han descubierto más de 1.800 planetas orbitando otras estrellas, y sin embargo nuestro propio patio trasero sigue siendo en gran parte un misterio. *Sin embargo no hemos explorado todo el sistema solar* dice Sheppard , *como para que la gente siempre quiera creer que hay algo más por ahí*.

Clarito como el agua, cada vez que vean alguna luz extraña como todos solemos ver alguna vez en la vida allá en los cielos, podemos especular con cualquier cosa, menos con un planeta errante, pero si lo prefieren, deberán ir entonces a que se los corrobore quien les demuestre con pruebas irrefutables lo que aquí, considero que tenemos como argumento convincente antes que cualquier otra tontería. Y si prefieren creer en los videos de Youtube, pues contactarse con quien los creó, que seguramente les sabrá explicar tan bien como aquí, pero con propios argumentos. Yo ya no explico más lo que para mí está cerrado hace rato. 

Gilgamesh***
Fuentes;
-sciencenews
-tallbloke

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